EL “ASESINATO DEL CARÁCTER”: Matar el personaje, una táctica narcisista
La expresión inglesa "character
assassination", en español "asesinato
del "carácter", hace
referencia al intento del narcisista, y otros depredadores, por destruir o
aniquilar no a la persona real, sino a su "personaje", es decir, su
imagen pública, su reputación.
Manchar la fama de alguien, ensuciar la imagen que tienen de
ella los demás, es una de las prácticas más viles del narcisista patológico. No
se trata de un asesinato en sentido estricto, está claro, no hay sangre ni arma
homicida, pero cuando se conculca el derecho al honor y al buen nombre de una
persona, y se destruye su credibilidad, se está aniquilando su existencia
social.
Para lograr su propósito, los narcisistas no dudan en
recurrir a toda clase de triquiñuelas: lanzan falsas acusaciones contra la
víctima, esparcen rumores e infundios sobre su moralidad, manipulan información
y la sacan de su contexto, hurgan en su pasado intentando encontrar algún hecho
negativo, revisan sus redes sociales, sus tweets, sus fotos, le ponen cebos o
trampas, le hacen firmar papeles para luego incriminarla, contratan falsos
testigos, se inventan escándalos, etc.
Aunque la víctima sea inocente y logre, al final,
demostrarlo, con frecuencia su credibilidad queda tocada para siempre. Se ha
sembrado la duda sobre ella, y el daño es irreparable.
Cierta prensa, y sobre todo, ciertos programas de televisión
se alimentan de esta práctica tan abusiva, exponiendo públicamente las miserias de
famosos y contertulios, explotando morbosamente las intimidades ajenas y
convirtiéndolas en entretenimiento para las masas.
Se irrespetan los límites, se hacen insinuaciones malignas,
se fabrican escándalos ex profeso, se intercambian insultos, indirectas,
descalificaciones,… ¡todo un arsenal de conductas tóxicas! Los altos niveles de
audiencia de estos programas del corazón, dan cuenta de cómo el virus del narcisismo
patológico se ha infiltrado en la cultura contemporánea.
La estrategia es muy frecuente, por otra parte, en el mundo
de la política, uno de los jardines preferidos de narcisos y psicópatas: una
persona es promovida por sus méritos a un cargo público y enseguida se
investiga lo que dijo o hizo años atrás, se le acusa falsamente de aquello o de
lo otro, se hurga en su vida privada, etc, La meta de sus enemigos políticos
es, sencillamente, destruirla al precio que sea y, con frecuencia, lo logran.
Pero el “asesinato del carácter” también sucede en el mundo
de la empresa, en muchos casos de mobbing o acoso laboral, y, por supuesto, en
las relaciones interpersonales y de pareja.
Aunque no todos los narcisistas llegan a este extremo de
maldad, conviene estar alerta, saber proteger nuestros datos personales y ser
prudentes con aquello que compartimos públicamente, especialmente a través de
las redes sociales.
El “asesinato del carácter” es el núcleo duro de la campaña de de difamación que el narcisista
dirige contra la víctima.
Frente a esta práctica tan destructiva, defendamos siempre
la dignidad de las personas, su derecho a la intimidad, y no nos unamos al coro
de los que parecen disfrutar denigrando a su prójimo, quizás como una forma de
compensar sus propias frustraciones y miserias.
A veces detrás del árbol caído del cual todos hacen leña,
hay una víctima inocente de un depredador narcisista.
Un saludo a todos,
© LibresDelNarcisista
Yo lo viví, y es duro; más si la difamación alcanza a un bebé que no tiene la culpa de nada, su propio hijo... Mentiras, distorsión de la verdad, acusaciones sin base realizadas por medio de sus redes sociales, sólo para tapar su infidelidad y comportamiento deplorable, y para quedar bién delante de los demás, proyectando todos sus actos en mí. Aprendí a ya no creerle más, a no interiorizar las palabras que me decía cuando me devaluaba o cuando me triangulaba con su nuevo suministro, para causarme al mayor de los daños. Sé quien soy, sé lo que viví: quien quiera creerme bien, quien no, ése es problema de ellos, yo no necesito convencer a nadie... Lo que diga mi ex pareja narcisista, no cambia el hecho de que tiene un hijo conmigo, que me fue infiel estando yo embarazada, y de que sencillamente negó a su hijo públicamente, ya le tocará asumir las consecuencias de sus acciones... a la final, la opinión que más me importa es la de mi hijo, que cuando crezca y pueda entender que fue todo lo que pasó, y sé de cuenta quien estuvo cuidandolo y amándolo, y quien le dió la espalda...
ResponderEliminarNo hay que dejar de creer en uno mismo. Con el tiempo la careta del narcisista cae. Que Dios sane nuestro corazón de toda herida causada por el narcisista. Es como usted dice " libres", el conocimiento y la información nos da ventaja. Saludos...
ResponderEliminarDe todas maneras si trabajamos bien nuestro ego hasta la difamación termina despreocupandote. Es tan lindo sacarse ese yunque invisible que uno sostuvo por años que no te importa nada más que estar libre y liviano. El tiempo se ocupa del resto.
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