LOS NARCISISTAS NECESITAN GANAR SIEMPRE

Michael Arnold

Los narcisistas ni saben ni aceptan perder nunca. Harán cualquier cosa que esté a su alcance para evitar salir perdiendo en cualquier contienda, por pequeña y anodina que sea, en la que esté involucrado su ego.

Para ellos, cualquier interacción se convierte en una competencia, en la que tienen que salir ganando, sí o sí, incluso conversaciones cotidianas, o situaciones en las que nadie se muestra interesado en contradecirlos.

Los narcisistas no admiten ni aceptan que estén equivocados, e irán tan lejos como sea posible para negar hechos, pruebas, o cualquier cosa que contradiga lo que afirman, incluso si esto significa utilizar argumentos que suenen delirantes o, francamente, descabellados. A los narcisistas les importa un comino la lógica o la verdad, lo único que les interesa es ganar y quedar por encima, al precio que sea.

Las conversaciones con un narcisista a veces se parecen a debates académicos de alto nivel, o a enjuiciamientos en un tribunal, donde las personas son interrogadas implacablemente sobre detalles menores, o se pierden en la semántica y la ensalada de palabras. Lo que se dijo, lo que no se dijo, lo que se quería decir con lo que se dijo,… Además, el tono, la inflexión, la selección de palabras, etc. Es agotador.  

El punto en sí de la discusión, por supuesto, se pierde irremediablemente, enterrado bajo las dos toneladas de palabrería que el narcisista ha soltado a diestra y siniestra, con la esperanza de no tener que enfrentar, reconocer o resolver nada. Lo cierto es que no quiere llegar a un acuerdo. En absoluto. Lo que busca es el conflicto, y ganar. Que él tenga la razón, y que tú pierdas.

No se nos olvide: cada conversación, cada discusión, cada interacción, se convierte en un concurso que él debe ganar a toda costa.

Toni Halonen

Esto es extremadamente frustrante para cualquiera. El objetivo de la comunicación, para la mayoría de las personas, es comprender, ser comprendido, resolver conflictos, adquirir conocimiento, compartir. Ninguna de estas cosas es posible con un narcisista, porque nada de lo que dice es genuino, en el sentido de que lo que comúnmente se entiende como genuino. Después de un tiempo, te das cuenta de que incluso cuando no estás discutiendo con él, está jugando contigo. Ha creado un "concurso" en su mente, y hará o dirá lo que sea, para que tú salgas perdiendo en el certamen.

Es por esto que las interacciones con un narcisista suelen ser un callejón sin salida. Tú tienes en mente un objetivo completamente diferente al suyo. Intentas desesperadamente, por ejemplo, resolver un problema. Eliges qué decir, qué palabras usar, cómo plantear el asunto. El narcisista se sienta frente a ti, absorbiendo todo y tirando del brazo de la tragaperras emocional con la que está jugando, y que eres tú, con la esperanza de hacerte reaccionar emocionalmente y obtener el premio mayor.

Incluso si no estás luchando con él, si sólo estás tratando de mantener una simple conversación, a menudo se mostrará contradictorio, condescendiente, faroleando, sermoneando, corrigiendo, quejándose y confabulando. Es como un tío vivo que gira y gira, y no va a ninguna parte.  

Andy Rementer

No tiene sentido tratar de razonar con un narcisista. Es perder el tiempo. Todo lo que les importa es ganar. 

Los narcisistas creen que si están equivocados, si tienen defectos, si pierden, entonces no son perfectos. Si alguien, incluidos ellos mismos, no es perfecto, carece de valor. Para ser perfecta, una persona debe tener siempre la razón, estar en lo correcto, ser impecable, nunca debe fallar en nada ni perder. 

El hecho de estar equivocado, el acto de perder, les provoca una oleada de vergüenza y de odio. Perder es la muerte porque es ser imperfecto. Ser imperfecto es ser basura, indigno de amor y de atención. La única forma en que pueden evitar estos sentimientos, es asegurarse de que jamás estén equivocados y que nunca, nunca, por ningún motivo, pierdan.

Por supuesto, esto es ridículo e irrazonable, y es uno de los motivos por los que el trato con narcisistas es tan difícil. Nadie es perfecto. Nadie es impecable. Nadie tiene la razón siempre. Nadie gana siempre. Tratar con una persona que está tratando de obligarte a vivir esta ilusión, como si fuera una realidad, es perverso y, en última instancia, imposible.

Alguien tiene que ser culpable cuando el narcisista esté inevitablemente equivocado, y si de ningún modo puede ser él, será otro, necesariamente, tú o quien más le convenga. Después de todo, no puedes tener razón a menos que alguien esté equivocado, ¿verdad? No puedes ganar a menos que alguien pierda. Así piensan los narcisistas: si tú estás equivocado, él tiene la razón. Siempre.

Hello Marine

Saber esto es importante porque te ayuda a comprender qué es lo que está en juego cuando te relacionas con el narcisista. Para él, una simple conversación es un concurso que debe ganar para poder demostrar al mundo, y a sí mismo, que es superior y especial, y que, en consecuencia, tú eres inferior y patético. Es así como compensa su fluctuante y quebradiza autoestima, como sostiene su precaria existencia. En otras palabras, esta necesidad de ganar es muy, muy importante para él. Y no va a desaparecer. Perder es una amenaza contra su falso yo grandioso, y él no lo va a consentir.

Cuando interactúas con un narcisista debes considerar que él no está trabajando por resolver las cosas. De hecho, lo que tú crees qué es el problema no coincide con lo que está en su mente. Su forma de pensar no es tu forma de pensar. Sus metas no son tus metas. Sus motivos no son tus motivos. Él opera de una manera completamente diferente a la tuya. Intentar tratar con un narcisista sin aceptar y entender esto, conduce a más conflicto y a más frustración. Debes aceptar la realidad del narcisista tal y como es; de lo contrario, tus expectativas no serán realistas,  y ello te acarreará más decepción y más sufrimiento.

Si el narcisista necesita ganar siempre, y la única forma en que puede hacerlo es haciendo que tú pierdas siempre, la mejor decisión que puedes tomar es simplemente no jugar.

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