TODOS LOS PSICÓPATAS SON NARCISISTAS, PERO NO TODOS LOS NARCISISTAS SON PSICÓPATAS
He decidido ahondar un
poco más en el tema acerca de las diferencias entre psicópatas y narcisistas, especialmente atendiendo a algunas preguntas de nuestros
lectores.
Comenzaremos afirmando que los psicópatas despiertan la
curiosidad de mucha gente. Son tan intrigantes, tan extraños, que pueden
resultar, incluso, fascinantes ¿Existen de verdad personas así? ¿Cómo pueden
hacer tanto daño sin importarles nada?, ¿cómo pueden ser tan fríos? Sus hazañas
más violentas son objeto de películas y documentales. Los asesinos en serie, en
particular, resultan, francamente, sorprendentes ¿Cómo alguien llega a convertirse en un depredador
de otros seres humanos?
PSICÓPATAS:
NARCISISTAS EN GRADO EXTREMO
La cosa es que no todos los psicópatas son violadores y
asesinos. Hay muchos que jamás cometerán un crimen ¿Qué pasa con ellos? ¿Qué
pasa con los llamados "psicópatas integrados"
o subclínicos? ¿Qué sucede con los que no son asesinos en serie, con los que no
aparecen en los periódicos? ¿Son igualmente destructivos?
La respuesta es sí.
Un ser humano que carece de empatía y de conciencia moral,
cuyo único propósito es lograr sus objetivos egoístas, que no ve a los otros
como seres autónomos, con sentimientos, dignidad y derechos, es una persona realmente
peligrosa. Es alguien que es capaz de arrasar las vidas de otros, si eso es lo
que necesita para obtener lo que quiere. Y tal vez, incluso, dado que se
aburre, por diversión.
Algunos investigadores afirman que los psicópatas son
narcisistas patológicos en grado extremo.
Es el perfil resultante cuando ya no es posible ser más narcisista. Para estas
personas, el enfoque en el “yo” es tan desmesurado y absorbente, les consume
tanto, que no hay espacio para nada más.
Debido a esto, todos
los psicópatas son narcisistas, pero no todos los narcisistas son psicópatas.
El narcisismo es un espectro. Cuanto más cerca esté una persona del final del
espectro, es decir de la psicopatía, más rígidos e inflexibles serán sus rasgos
narcisistas, y más manipulador, abusivo y peligroso será su comportamiento con
los demás.
El narcisismo patológico es el núcleo de la psicopatía.
Todos los seres humanos tienen, en menor o mayor grado, rasgos
narcisistas de personalidad. Sin embargo, la inmensa mayoría no son
patológicamente narcisistas, ni mucho menos. Hay un punto en el espectro donde
el narcisismo se convierte en el patrón dominante y fijo de la personalidad, e invade
el pensamiento y la conducta emocionalmente sana y racional. Ahí es donde se convierte
en patológico, cuando una persona no puede cambiar su forma de pensar o su
comportamiento, incluso ante la prueba de que está equivocada, o que su enfoque
es dañino para sí misma, y, sobre todo, para los demás.
El narcisista está imbuido en su propia realidad, en la idea
grandiosa y tóxica que tiene de sí mismo, está atrincherado en la trampa de su
pensamiento mágico, en la creencia de ser un tipo especial, único,
invulnerable, casi un dios. A medida que el espectro del narcisismo avanza,
estos rasgos patológicos se agudizan más y más.
UNA GUERRA SIN FIN
Los narcisistas están en permanente conflicto con su ego. El concepto que tienen de ellos
mismos, su autoconcepto, es
disfuncional, no está basado en hechos objetivos, sino en emociones, por eso carece de lógica. Es irracional. La idea que
tienen de sí mismos como superiores y perfectos carece de fundamento real, sin embargo eso es lo que sienten, y
toman estas emociones sobre ellos mismos como si fueran verdades absolutas,
verdades que hay que defender al precio que sea.
El ego es una
dimensión esencial de nuestra estructura psíquica. Coincide con nuestro “yo”, el
mismo que utilizamos cuando hablamos y pensamos. Normalmente, nos representa y protege,
es un espejo que refleja lo que creemos que somos.
En un narcisista, su ego patológico, basado en emociones que
no se corresponden con la realidad, se manifiesta torturándolo continuamente: "¿Qué hay de mí?", le grita, y entra en conflicto con el superyó que
le susurra: “Eres estúpido. No tienes
valor. Eres feo". El ego se pone entonces a la defensiva: "¡No, no lo soy! ¡Ellos lo son! ¡Todas
esas personas son peores que yo! ¡No valen nada! ¡Soy el más importante!"
y una y otra, y otra vez, estas dos voces se enfrentan en su cabeza.
El narcisista, simplemente, existe día tras día, tratando de
sobrevivir a esta guerra interminable, buscando escapar de ella siempre que
puede, generalmente a través de la proyección, la transferencia de culpa, la
luz de gas, el tratamiento silencioso y otras formas de abuso o manipulación,
que le sirven para obtener aquello que constituye su medio de alivio, su tabla
de salvación: el combustible o suministro narcisista.
Una persona sana, que no sufre este trastorno, sabe quién es
independientemente de sus emociones, porque su autoconcepto se fundamenta en hechos
objetivos, no en cómo se siente con respecto a sí misma, en un determinado
momento. Esté triste o esté alegre, se sienta querido u olvidado, tiene un yo
estable, un yo real, sabe que es un ser humano, que existe y es verdadero, que
tiene fortalezas y vulnerabilidades, en una palabra, posee una identidad.
El narcisista, en cambio, sólo puede verificar su existencia
a través del reflejo de sí mismo que ve en los demás, por medio de su atención
y de sus reacciones emocionales. La alternativa a esto es el abismo o la nada, el
vacío sin fin de un ser desconectado de sí mismo, que carece de autoconcepto. Por
eso es que sin suministro o combustible, estos trastornados, sencillamente,
colapsan.
PSICÓPATAS: UNA
ESTRUCTURA SIN SUPERYÓ
El psicópata, definitivamente, no arrastra este problema.
Como dijo un clínico: "Cuando uno
mira al psicópata, hay menos allí de
lo que se ve". Se podría decir que el superyó está esencialmente
ausente en el andamiaje de su personalidad. Según el psicoanálisis, las
personas tienen una estructura de personalidad que incluye tres partes: el id, que
se corresponde con el inconsciente y los instintos; el ego, que es la conciencia
de sí mismo, es decir, el yo; y, finalmente, el superyó, o la conciencia
normativa que sirve de árbitro entre el ego y el id. Siguiendo este modelo, la estructura
psíquica del verdadero psicópata parece ser diádica. Eso significa que tiene
solo dos partes, el id y el ego, pero no el superyó. Esto se debe a que están
menos desarrollados psicológicamente que otros tipos de narcisistas.
El superyó se forma entre los tres y los cinco años, y
coincide con la conciencia moral. Los psicópatas parecen experimentar una
interrupción o desviación en su desarrollo psíquico justo antes de esa fecha. Su
rango emocional es incluso menor que el de los niños pequeños. Los sentimientos
que tienen no requieren que otras personas sean percibidas como seres humanos o
como individuos. Estos sentimientos generalmente son bastante precarios, efímeros,
vienen rápidamente y desaparecen enseguida.
Incapaz de experimentar emociones amplias y complejas como
el miedo, la culpa, la depresión, la simpatía, los celos, la gratitud, el
remordimiento, la tristeza, la soledad y la alegría recíproca, el repertorio
emocional del psicópata se limita a las emociones más primitivas del ser humano:
entusiasmo, frustración, rabia, aburrimiento, envidia, disforia y vergüenza. Como
todos los narcisistas patológicos, sus vidas emocionales se centran en manejar
la envidia y la vergüenza. Y al igual que el resto de sus hermanos, generalmente
lo logran destruyendo el objeto del que tienen envidia, o aquello que les resulte
amenazante para su ego inflado o les haga sentir inferior.
El ego de un psicópata es tan grandioso, centrado en sí
mismo y disfuncional como el de cualquier otro narcisista patológico,
probablemente aún más. Con todo, sin la interferencia del superyó, el paisaje
interior del psicópata es diferente al de otros narcisistas: no les preocupa
ser vistos por el resto de los mortales como una mala persona. No les importa
si su comportamiento es percibido negativamente por otros. Simplemente, les da
igual.
Los narcisistas, en cambio, cuidan en extremo su imagen, temen
ser expuestos públicamente, no toleran el rechazo ni el abandono. Reaccionan a
la defensiva, si su fuente de suministro o combustible, de la cual dependen,
amenaza con dejarlo. Los psicópatas no sufren estas cosas. Son verdaderos lobos
solitarios. Actúan de manera ofensiva, desde una posición de depredación y
dominio.
Una de las funciones más importantes del superyó es lo que
llamamos la conciencia moral: "No
debes decir eso, herirás sus sentimientos", nos dice o "no debes tomar cosas que no te pertenecen". Los narcisistas no psicópatas,
generalmente, tienen un superyó, lo que quiere decir que en algún momento
tuvieron al menos la posibilidad de una conciencia de este tipo. Sin embargo,
es inadaptado y disfuncional, y se comporta como un agresor persecutorio que los
tortura, en lugar de servirles de árbitro moral.
En otras palabras, los narcisistas tienen una conciencia disfuncional
y auto-centrada que los ataca sin parar, que los avergüenza y les hace sentir
inadecuados e inferiores. Los psicópatas no tienen que lidiar con nada de esto,
sencillamente esta estructura, el superyó, parece no haberse desarrollado nunca.
Ellos se rigen, como los niños, por el "principio del placer", que es
instintivo en su mente primitiva e infantil, el cual se apoya en su ego
grandioso, no controlado y disfuncional. El "moderador" de estas dos
cosas, del ego y el id, que la mayoría de nosotros tenemos como freno, no está
ahí para ellos. Las desventajas emocionales y funcionales que condicionan a los
narcisistas patológicos, especialmente la dependencia al combustible, tampoco son un problema para ellos.
LO QUE IMPORTA: SABER IDENTIFICARLOS Y PROTEGERNOS
Debido a que el narcisismo es un espectro, hay muchas
personas que son patológicamente narcisistas y tienen, al mismo tiempo,
tendencias psicopáticas, aunque no son psicópatas en sentido pleno. Existe, en cada caso concreto, una
gran variabilidad de posibilidades y de combinaciones de rasgos y tendencias, porque al fin y al cabo cada persona es única y su
trastorno se expresa según su propia historia y sus características
individuales.
¿Por qué algunos narcisistas se convierten en psicópatas y
otras no? Es posible que esté relacionado con el tipo de trauma que la persona
ha soportado, con la edad que tenía cuando sucedió el evento que dio origen a
su trastorno, también es altamente probable que intervenga la genética. Por lo
pronto, no hay respuestas definitivas en este momento, y puede que nunca las
haya.
Más allá de las diversas posturas, lo que importa es que
aprendamos a identificar a psicópatas y
narcisistas, y a protegernos de su conducta destructiva. El conocimiento es siempre
la mejor defensa frente a estos depredadores.
©
LibresDelNarcisista
Buenísimo Libres, como siempre...
ResponderEliminarMuchísimas gracias🤗🤗🤗
Entrada muy interesante Libres, gracias una vez más. Mi "amigo" cuando colapsaba se veía como un monstruo, odiaba su físico y se hundía porque pensaba que nunca encontraría a nadie que le quisiera, que ninguna mujer se fijaría en él....sobre su físico tuvimos miles de conversaciones, yo trataba de hacerle ver que no había ningún problema en él pero no razonaba, entraba en un bucle que me costó más de un grito y faltas de respeto por su parte. Conforme voy conociendo más sobre este trastorno, más situaciones voy identificando ... gracias por todo tu trabajo, eres una gran ayuda.
ResponderEliminarExcelente toda la explicación!!! Gracias :)
ResponderEliminarHola que tal! Esta bien profundizar y ahondar, en este tema sobre psicópatas y narcisismo patologico. Nuestra barrera de defensa es el conocimiento en si, como dice Libres, para protegernos y que gracias a tu ayuda lo estamos consiguiendo. Las víctimas sólo queremos eso, librarnos para siempre de estas personas, no caer mas en sus trampas psicologicas y salir adelante con nuestra vida. Gracias por tu articulo, un abrazo para todos Silvia Maria
ResponderEliminarGracias x estar ahí para nosotros, así nunca mas caeremos en esas redes. A cuidarnos !!
ResponderEliminarHola,m está siendo de gran ayuda el leer tus escritos.he estado 13 años con un manipulador,hace 3 semanas él rompió conmigo y yo m sentí liberada y preguntándome pk no había sido yo capaz de romper con él,alguna vez lo hice pero volví...
ResponderEliminarEmpecé a informarme y por fin lo vi claro,no era yo,era él....siempre atacando,triangulando,confundiéndome,yo tenía la culpa de todo,etc
No vivíamos juntos,con lo cual m está siendo más fácil,pero el muro k más m está costando atravesar es el de mis amigos, él les caía bien....delante de ellos siempre se comportaba y le encanta caer bien....soy yo la k conozco sus monstruos interiores,su envidia,su rabia hacia el mundo,su complejo de inferioridad....y esa sensación de que mis amigos,algunos,crean k exagero me parte el alma.
Pero soy fuerte y tiro palante, sé k todavía me queda un gran camino por recorrer y espero seguir fuerte.gracias por todo
He estado 9 años con un hombre así y aunque me fuí de su lado hace un mes,siento que le necesito, que le quiero y que me equivoqué, que él tiene razón cuando me culpa de la ruptura etc, que quiero volver con él aún sabiendo que es volver a caer en un pozo sin fondo, hondo y oscuro.
ResponderEliminarHola buenos días.
ResponderEliminarMe encantaría poderme ver en su consulta con usted.
Muchas gracias.
Soy de Tenerife.